martes, 31 de mayo de 2011

Liberalismo y neoliberalismo

La globalización neoliberal tiene sus precedentes teóricos en el liberalismo económico de finales del siglo XVIII y principios del XIX, que se asentaba en tres pilares básicos: la desregulación estatal, la privatización y el libre comercio. Por estas razones, el liberalismo económico beneficia el desarrollo de una economía de mercado donde se reduzca a lo imprescindible la intervención estatal en los asuntos del mercado; si bien no niega la necesaria participación del Estado en los asuntos económicos.

El neoliberalismo tiene su génesis en los últimos años de la Segunda Guerra
Mundial y su plataforma programática queda enunciada en el libro de Friedrich Hayek, “Camino de Servidumbre”. En esta obra, Hayek advierte sobre el peligro de la intervención del Estado en los asuntos económicos y su posición teórica se convirtió en la respuesta de las clases más reaccionarias contra el naciente Estado de Bienestar.

Pero el momento crucial para el desarrollo acelerado de la doctrina neoliberal fue, sin lugar a dudas, el derrumbe del campo socialista y la desaparición de la Unión Soviética. A partir de este momento histórico y del fin de la guerra fría, el eje de enfrentamiento Este-Oeste se desplazó en la dirección del Norte-Sur y preconizó una política que pretende el saqueo de las riquezas de los países pobres por parte de las naciones poderosas. Todo esto, bajo el pretexto de que la humanidad participe en una economía de mercado y en un mundo sin fronteras.

La globalización tiene tres frentes. El primer frente es el frente económico. La globalización liberal es, esencialmente, un fenómeno económico y financiero. El segundo frente que se ha abierto después del 11 de septiembre es el frente militar. Los EE.UU. han asumido la función de ser el brazo armado de la globalización. Este segundo frente supone que todo aquel que se opone a la globalización corre el riesgo de ser acusado de terrorismo. Pero a estos dos frentes se añade un tercer frente, que en mi opinión es un frente central, y que es el frente ideológico. Es el frente de tratar de convencer a cada persona del planeta de que la globalización es lo mejor que le puede ocurrir al planeta. Esa es la idea. Y quien trabaja sobre ese frente son los medios de comunicación.

Todas estas medidas, despojan a los gobiernos de su papel en la regulación de las economías nacionales. El debilitamiento del papel económico del Estado provoca grandes consecuencias para las economías nacionales. Estas secuelas se agrupan en dos direcciones fundamentales: en primer lugar, la capacidad para la promoción del desarrollo en los marcos nacionales es eclipsada por la acción de la competencia y la presión de mecanismos supranacionales como la OMC, el FMI y el Banco Mundial. Con este fin, se promueve la privatización de todas las propiedades estatales de interés para el capital transnacional. En segundo lugar, los estados se tornan incapaces de desarrollar la necesaria gobernabilidad para controlar los mecanismos de la economía internacional que están estrechamente relacionados con los espacios económicos nacionales.



1 comentario:

  1. Esa es la razón por la que los expresidentes prianistas y asociados temen al monstruo norteamericano y su temor rebaza al temor que deberían tener al Pueblo.
    ¡Qué poca manera de vender la soberanía nacional en México!

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